Un único deseo: SEAMOS LIBRES
Cada cual elige, en la medida de sus posibilidades,
cuál es la vida que quiere vivir en ese instante en que lo evalúa y decide. No
es algo, esa decisión, que deba pervivir sino que, por el contrario, evoluciona
o cambia. Así somos los seres humanos y como decía un estudioso jesuita, el
fenómeno humano es impredecible. En lo individual. Pero si se deja atrapar por
la comodidad de la corriente, de la silla a la vera del camino,
irremisiblemente será uno más dentro de una gran ameba informe repleta de otros
tantos que resignaron la posibilidad de elegir y se sometieron, creo que
mansamente, a su statu cuo.
El problema se suscita cuando estos últimos, los
“manseros del acompañamiento silente”, comienzan a mirar por fuera de la ameba
que los contiene. Entonces ven actitudes que desearían pero que deploran por la
obligación emocional a la que se sometieron. ¿Cuál es la autodefensa que
encuentran esos voyeurs de la vida de los otros? Juzgar.
No hay nada más poderoso para el propio ego que emitir
una sentencia sobre la conducta de fulano o el culo al aire de fulana. Esos
tribunales integrados por jueces de ambos sexos –que, en general, no usan-,
levantan sus índices acusatorios para establecer parámetros de conducta
“correcta” y, por contraposición, la infamia que cometemos quienes, a como dé
lugar, resistimos a ser comidos por la ameba del pensamiento correcto y de la
virtud fingida.
En la
Nochevieja brindaremos varias veces. Por cualquier tema,
porque el brindis justifica la necesidad de adormecer las neuronas o de
enfatizar libertades, depende.
Y cuando comamos las 12 uvas o cumplamos con algún
otro rito en los ultimos nonasegundos del año que se va, sentiremos una fuerza
extraordinaria en nuestros cuerpo, en nuestro estómago y nuestro vientre que
siempre nos señalan los momentos liminares de la acción.
Bueno… abogo firmemente a que en el 2016 dejemos la
hipocresía en la basura, el pensamiento correcto en un anaquel de viejas
historias obsoletas, el pudor de las pudendas en los claustros de curas viejos
y sustituyamos todo aquello y más, por la libertad total que nos brinda esa
potencia imparable que se denomina sexo.
Aprendamos a hablar, coloquialmente, tal y como lo
pensamos y no buscando la palabra adecuada para no quedar altisonantes o
¿guarangos? Las cosas no tienen nombre por sí mismas sino porque se lo
asignamos, y podemos elegir entre varios sinónimos. Usemos el que no salga y no
el que pensemos que está bien decir.
Seamos LIBRES. Que nadie, ni por credos ni consignas,
lemas o complicidades esfumantes, nos indique hasta dónde, cuándo, cómo, de qué
modo… Ejerzamos la libertad y aceptemos que parte de la misma la renunciamos
para que “el Otro” también la ejerza y así… la cadena de la libertad será
posible.
Gocemos y no tengamos vergüenza ni sintamos culpa
alguna. Si gozamos, es bueno. Si sentimos placer, es bueno. Si no jodemos a
nadie, es bueno.
Basta de gurúes encubiertos y de iluminados
sabihondos. Personalmente no creo ni en aquellos ni en estos. Somos, cada cual,
los hacedores. La suma de hacedores nos convertirá en un mundo del hacer. Hacer
con libertad y en comunidad.
Ser libres significa, por último, no someternos a
quienes, con la untuosidad del discurso y la seducción de la imagen, nos
pretende llevar a ese lugar en el que aceptemos lo que nos mata denostando lo
que nos daría vida.
Besos a tod@s y que nos encontremos, en la noche del
1º de enero de 2016, agotadas y satisfechas, alegres y repletas, plenas… Se
entiende ¿verdad? Es que el sexo es LIBERTAD.
Gracias por visitarme.
Besos
Soledad FAB
muy feliz año nuevo soledad y que se sigan cumpliendo todos tus deseos con libertad, plenamente feliz ,agotada , satisfecha, repleta y tan plena , sensual ,sexy y bella como siempre , besos ricos ,largos y especiales para una MUJER especial asi con mayusculas como vos , besos ricos y largos ..
ResponderBorrar