sábado, 16 de enero de 2016

Los pies femeninos

Las relaciones desde abajo



Ser prolijas y cuidadas en manos y pies es una actitud generalizada entre la gran mayoría de las mujeres del mundo. Cada grupo, según la cultura que lo contiene; y no todas las razones estéticas se parecen a otras, desde ya. Pero en este lamentable y destrozador Occidente, nosotras tenemos en claro que, como mínimo que el cuidado apunta a: Cutícula, uñas y color o no. Son o forman parte de la "producción" para salir a escena, o sea, al teatro familiar o a la calle.



Sabemos que no todo el mundo, en la antigüedad, podía llevar zapatos en sus pies. La evolución del uso de calzado fue desde los mandatarios y grandes sacerdotes al pueblo mediante la cizalla de guerras y calamidades que nos pusieron, a las mujeres, en un casi pie de igualdad a los hombres que faltaban en ciudades y poblados. 



¿Que no tiene nada que ver? Sí, porque a la insinuación del tacón se lo cortó en altura para parecerlo, al calzado, al de los hombres. De allí surgen esos horripilantes zapatones negros con cordón para mujeres. Que fueron utilizados por monjas y novicias y otras calamidades como celadoras y "amas de llaves".



Pero a medida que el ruedo de nuestras polleras fue subiendo, los pies se hicieron más importantes dentro de la estética integral de la mujer. A lo mejor por haber estado tanto tiempo cubiertos, nuestros pies suscitaron el interés visual de los señores quienes, con mayor o menor disimulo, observan nuestros pies al caminar, sentarnos, cruzarnos de piernas o descalzarnos en la playa...

Si se tiene oportunidad, el concurrir a un podólogo y pasar por masajes en los pies resultará en un placer único e irremplazable. Igual, sin gastar en institutos o profesionales particulares, hacernos masajear los pies también produce el mismo resultado personal. Pero nos olvidamos de quien los masajea. ¿Siente placer al hacerlo? 






Claro que sí. El contacto de piel con piel y las reacciones casi individuales de nuestros pies a partir de los movimientos pavlovianos cuando nos tocan, acarician o presionan determinadas zonas, causan un efecto idéntico en quien así los moviliza.
Por otro lado, cuando nos producimos sea para salir o para ir a la playa, nos miramos en un espejo grande y de arriba abajo varias veces. En esa observación previa a la aprobación o no, los pies adquieren importancia y aportan a la completud.



Por ello será que no pocas de nosotras usamos -siempre o eventualmente- anillos en los deditos, algún tatuaje en el empeine o en los tobillos, o pulseritas que resaltan el pie que preceden y, por supuesto, captan las miradas masculinas. Sean estos -o no- "podófilos"...
Encontré, en este gran reservorio de todo, algunas posibilidades de "decoración" de los pies a partir de creaciones muy atractivas. 


Estas fotillos son de mis propios "pieses"

Una última: aunque se viva contra la pared, igual traten de ocuparse de sus pies al menos una vez cada mes. Con hundirlos en agua caliente y cepillarlos para quitar durezas o algunas otras "disarmonías", bastará. "Hacerse los pies" demanda un tiempo que, a veces, parece no tenerse. Pues sí que lo tenemos. Sólo organizarnos. Cutícula, uñas y luego, esmalte. Si la mirada nos comunica con "el Otro", los pies nos relacionan con el planeta. Tengamos, entonces, buena comunicación...

Gracias por visitarme.
Besos.
Soledad FAB

soledadfab@gmail.com

2 comentarios:

  1. Los pies son un area que despierta sin duda el erotismo en los hombres, los que bailamos Tango sabemos eso, la vision de esos
    pies casi desnudos, y con alocados zapatos de taco,son un gran
    fetiche.El consejo esta bien dado, usen los pies, no solo para
    caminar, es un llamador del deseo masculino, una trampa para machos,jajaj Manodura

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  2. Me encancan los pies.
    MorbosoCruel

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