miércoles, 1 de enero de 2014

"Confianza", un relato de tacoaguja



Me ordeno que lo acompañara. Me dijo que hoy iba a comprobar que tanta confianza le tenia. Partimos. No pregunte a dónde, pero estaba intrigada y sobre todo con miedo a que iríamos.

Bajamos en un lugar no identificado. Apenas toco la puerta me tapo los ojos y me dijo: ¡Confía! ¡Acordate que yo soy el que sostiene la correa!! Relajate.

Nos recibió una mujer, lo deduje por su voz. Él la saludo, agarró fuerte mí brazo y me llevo hacia adentro. Ella le dijo:
- ¿Esta es tu perra?
- Sí, es mi cosa - respondió mi AMO
Me quede un poco atrás. Él me ordeno con voz firme:
- Avanza perra, arrodíllate y quédate quieta ¡ahí!
Temblaba, pero también trataba de escuchar la conversación; sé que por los pasos se fueron a otra lugar, sólo escuchaba murmullos.
Vino, me puso la correa, el collar que me había ordenado llevarlo puesto, levante la cabeza esperando una orden y me dijo:
- ¡Seguí quieta ahí!.
Mientras hablaba me acariciaba la cabeza. A esa altura estaba chorreada, no podía concentrarme en la conversación, sino de obtener mas mimos de él.
Empezó a caminar y me llevo con la correa, me dijo:
- Confiá, yo te llevo.
Percibí que se sentó y me ordenó en posición de saludo. Me arrodillé sobre mis piernas, sentía su presencia frente a mi. Me agarro la cara y me dijo:
- ¡Haceme quedar bien, perra!
Me agarro las tetas y empezó a jugar con ellas, retorciéndolas y tironeándome los pezones. Oí que la mujer vino y le trajo un café por el aroma que olfatee. Oís que lo tomaba y con la otra mano sostenía la correa y me apretaba un pezón. Mmm ¿por qué sera siempre el derecho? pensé.

De pronto bajó la mano y la metió brutalmente en mi concha. Me ordenó con voz áspera:
- ¡Separá las piernas!
De inmediato las abrí, metió los dedos y espetó:
- Perra puta, ¡¡¡mirá cómo estas mojada!!!
Le habló a la mujer y le dijo:
- ¡Mirá cómo se moja mi perra puta!!
Se oyó una carcajada y yo baje la cabeza avergonzada.
Estiro la correa y me ordenó:
- Hacé tu trabajo.
Sentí la punta de su pija en mi boca y la abrí inmediatamente. Casi me levantó con la correa del piso; mi cuello se estiro. Me llevó hasta su cara, sentí su aliento y susurró:
- Despacio perra, o te la quito- Asentí con la cabeza.
Oí los pasos taconeando de la mujer que le preguntó:
- Qué ¿Te muerde que le ordenás despacio?
- Mí perra es una ansiosa por la pija, a veces eso le juega en contra y se queda si su golosina mas preciada -le respondió. Ella se rió:
- Siempre vos con ese humor tan particular...
Saco su pija de mi boca y me dio con ella en la cara y me dijo:
- ¡Presta atención! La Señora que está en frente a vos es una buena amiga; ahora te pongo ahí y le chupas la concha como haces con mi pija como si se te fuera la vida en ello ¿entendiste? - Yo me quede perpleja, sin reacción. Me levanto de nuevo con la correa y sentí su aliento casi pegado a mi cara. Él agregó con acritud en su voz: ¿Me entendiste? - yo asentí con la cabeza.
Se acerco a mi oreja:.
- Yo estoy aquí perra, ¡¡haceme quedar bien!!
- Sí Amo -respondí con la timidez en mi voz.
- Girá y andá en cuatro patas, hacia adelante - ordenó.
No recuerdo cuantos pasos di. Unas manos de mujer encontraron mi cara, me acaricio y me dijo "Bienvenida". Me asusté he intenté volver sobre mis pasos. Pero la mano de mi Amo en mi culo lo impidieron, dándome un pequeño impulso.
De nuevo la mujer me agarro la cara, acarició mis mejillas y me dijo:
- No te asustés. Esto es para que lo pases bien...
Mientras ella me acariciaba mi Amo empezó a jugar con mi culo. La mujer bajó una de sus manos a mis tetas, al tiempo que le decía a él:
- ¡Qué lindas tetas tiene tu perra! ¡ Qué manjar!
Sentí que la correa paso de mano, ella la tenia ahora y la estiro como para que avanzara. Cuando decidió que me tenía donde quiso, exclamó:
- ¡Hasta ahí! -y escuché que le preguntaba a mi Amo- ¿Alguna vez chupó una concha?
- Mi perra sólo conoce pijas - respondió él.
- Hoy te desvirgo, perrita - agregó la mujer, mientas jugaba con la puntita de mis pezones.
Jalo de la correra más y más. Mi nariz rozó algo húmedo. Volví la cara y ella se encargó de enderezarla.
- ¡Lamela! - ordenó.
Intente volver atrás apenas con la mente creo y recibí un chirlo en mis nalgas que me pico hasta el alma.
- ¡Te dieron una orden! Y entendé bien esto: las órdenes que hoy te dé ella es como si te las diese yo mismo.
Volví avanzar con la cabeza un poco mas, metida entre las piernas de la vergüenza y avance.
Di el primer lenguetazo tímidamente, ella tiro mas la correa llevándome mas hacia ella, me agarro del pelo y me dijo:
- ¡¡¡Lame!!!
- Es adicta a mi pija y la tengo que sacar a cachetazos -escuché la voz de mi Amo- Ahora seguro que va a empezar a suplicar por concha- agregó, risueño.
- Trataremos de enseñarla para que lo haga bien -respondió ella riéndose y agarrando mi cara me preguntó- A vos, perrita ¿te gusta que te chupen la concha?
- A veces... -le respondí.
- ¿Por qué "a veces"? -insistió ella.
- Depende de cómo me lo hagan...-dije y ella se rió.
- Hacelo como a vos te gusta que te lo hagan, ¡seguro que lo harás bien! -dijo, agarrando bien fuerte mis cachetes.

Empece con la punta de la lengua y fui adentrando. Ella gimió y eso me motivo a seguir. Mi Amo me apoyo su pija en el culo, me agarro las caderas, adentrando sus dedos y me penetro sin miramientos. Paré de lamer y él apretó mas sus dedos en mi piel y me dijo con voz firme:
- ¡No recuerdo haberte dado la orden de que pares!
De pronto sentí que me agarraban de los pelos y me dijo ella:
- ¡¡Seguí!!


a sus pies ppt

por tacoaguja  *



*  perra propiedad de VALMONT


NdE: Los dibujos electrónicos son meras ilustraciones y no se condicen ni representan a la autora en la realidad de los hechos que relata.

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