viernes, 22 de enero de 2016

EL SADO QUE CADA CUÁL PRACTICA

El sado que cada cual practica




En absolutamente todo -salvo las cuestiones eminentemente técnicas o cibernéticas- la impronta personal adecua los márgenes a los propios y las situaciones al agrado real de quienes las conforman. Al menos así me aproximó mi marido al SM cuando cursábamos el quinto o sexto mes de convivencia de un noviazgo que no pensaba terminar en matrimonio por entonces.

Fue, en su presentación fáctica a intensa, una alternativa a la relación de pareja, una alternativa sexual concretamente, así como un despertar de zonas aparentemente intocadas de mi personalidad. Descubrir, también, vocaciones personales y la asunción de ser muy masoca en la transmutación del dolor en gozo.




En el devenir vamos cargando más información y como cuando me propone -él o algún otro- hacerme una sesión de fotos, ver otras publicaciones, especializadas o no, revistas, Internet, tanto como para copiar poses o aprender nuevas formas de exhibición personal. Claro que todo ello conlleva el correlato de la excitación neta y definitivamente sexual. De otro modo, ni una foto carné me dejaría sacar.

Así también observamos y aprendemos de "el Otro" en lo genérico que nos transmite y seleccionamos lo que nos venga bien, que se adecue a nuestra forma de relacionarnos cuando estamos en área sado, como le gusta decir a él (mi marido).

Sé muy bien que lo nuestro no es ortodoxo. Para nada. Influenciados, ambos, por habernos iniciado, como pareja conviviente en el principio de nuestra relación, en la onda swinger y, casi de inmediato, en la adorable práctica de tríos hmh, nuestro encare al SM contiene, indudablemente, estos dos últimos condimentos en su desarrollo.





En el portal de Mazmorra.net y concretamente en la sala de chat principal, he tenido oportunidad de charlar con unos y otros a quienes no tengo por qué dudar de su condición de Dominantes. Abordando lo que es una sumisa o un Amo o el BDSM, sin error, hemos optado por caminos distintos. Los míos, ya aludidos más arriba, y los de cada uno de ellos que, con variantes mínimas, asumen el BDSM casi como un sacerdocio y, por qué no, forma de vida. O sea, la heterodoxia y la ortodoxia en el continuo enfrentamiento en cualquiera de los planos del conocimiento que existan .

Lo propio

Es decir, cómo lo vemos ambos, mi marido y yo el tema del SM y las sesiones y el área sado, como les decía.


Somos dos seres humanos de distinto sexo que, en un momento determinado, coinciden en anhelos y deseos. El uno, para plantearse como el orquestador de la relación y, la otra, como la sumisión de su mente y de su cuerpo a él. Todo por el tiempo que decidan, de consuno, habrá de durar la relación D/s.

Esto de plazo a término no significa que, de pronto y por lo que sea (ganas, deseos, oportunidad, vocación, etcétera), esa relación no pueda prolongarse por 24 horas durante dos días, tres, una semana.

Pero lo que no se verificará es que tanto él como yo mantengamos esa relación D/s durante lo que se conoce como "24 / 7".

Claro que para iniciar una temporada de área sado ha de existir acuerdo de partes, digamos. Está el deseo de él que puede o no coincidir con el mío o viceversa. No existe la imposición en esto. Por ello, cuando ingresamos al área sado así, de consuno, lo hacemos con una potencialidad pulsional de primerísimo primer orden...

Las variantes


Infinitas según quiénes las propongan y practiquen. En "L'Histoire d'O" a la protagonista la lleva su amante a Roissy y allí la deja para que sea adiestrada por el anfitrión del lugar y sus colaboradores. Es así como O pasa de mano en mano -o de pene en pene- hasta conocer de sí misma, cuáles son las reacciones que le provoca el ser sometida sexualmente por unos y otros.

En nuestro caso, lamentablemente no existió ese castillo y sí una casita cuya ubicación, hasta el día de hoy, nunca pude precisar ni mi marido, confesar. Allí pasé la friolera de ¡¡¡ 60 días !!! y cuando volví a la civilización, quedé tan condicionada que si estábamos almorzando tranquilamente y a él, por lo que fuere, se le ocurría decir algo en un tono más alto, yo daba un salto, me arrodillaba sentada sobre mis talones y esperaba con la cabeza gacha. Es decir, hasta ese grado había sido quebrada en aquella casa entre siniestra y adorable.

Sin la pomposidad del castillo donde la llevan a O ni la sordidez de la casa donde viví 2 meses, las variantes que encontramos en nuestra relación SM son amplias, abiertas y generosas. Y en todas éstas existe la ligazón entre dominante y sumisa. Sin excepción.

"Salida a escena"

En cuanto a las vestimentas, las ropas que se lleven para una sesión o, en la duración del área sado, durante el día y las salidas, queda a entera decisión del dominante en cada ocasión. O sea, mi marido.

Puedo afirmar que con los más o menos detalles de lencería y accesorios, todos y cada uno de ellos apuntan a destacar nuestra figura y, casi siempre, dejando más que expuesta la feminidad de nuestro sexo y adyacencias.

No es nada distinto del habitual fetichismo con el que quieren vernos las miradas masculinas en la intimidad. No está nada mal. Porque además de exhibirnos y como cada dominante/amante decide/nos pide que nos exhibamos, ello también nos excita a tope. Al menos a muchísimas amigas y conocidas que, sean o no practicantes del SM, también las pone a tope el hecho de mostrarse como en pasarela de burdel.




Cada maestrito con su librito reza el adagio y es cierto en estos temas donde el gusto de unos y la voluntad de otros configura un quantum armónico y placentero. Y si algo destaca al sexo de cualquier otra emoción-pulsión, es el contenido de libertad que necesita y ejerce. Como para mí el SM es un ámbito de libertad creativa, es una cuestión sexual plena (aunque no haya, eventualmente, penetración(es).

Sin imponer a otros lo que no quieren pero sin aceptar en silencio lo que algunos nos pretendan someter. Nada que no tenga a la libertad como motor vital es o puede ser bueno, agradable o placentero. Aún la libertad de dejarnos meter en una jaula es libertad.

Pero lo más importante de todo, y sin tanto palabrerío es que si gozamos, es bueno.

Gracias por visitar este blog.

Besos.

Soledad FAB
soledadfab@gmail.com 

sábado, 16 de enero de 2016

Los pies femeninos

Las relaciones desde abajo



Ser prolijas y cuidadas en manos y pies es una actitud generalizada entre la gran mayoría de las mujeres del mundo. Cada grupo, según la cultura que lo contiene; y no todas las razones estéticas se parecen a otras, desde ya. Pero en este lamentable y destrozador Occidente, nosotras tenemos en claro que, como mínimo que el cuidado apunta a: Cutícula, uñas y color o no. Son o forman parte de la "producción" para salir a escena, o sea, al teatro familiar o a la calle.



Sabemos que no todo el mundo, en la antigüedad, podía llevar zapatos en sus pies. La evolución del uso de calzado fue desde los mandatarios y grandes sacerdotes al pueblo mediante la cizalla de guerras y calamidades que nos pusieron, a las mujeres, en un casi pie de igualdad a los hombres que faltaban en ciudades y poblados. 



¿Que no tiene nada que ver? Sí, porque a la insinuación del tacón se lo cortó en altura para parecerlo, al calzado, al de los hombres. De allí surgen esos horripilantes zapatones negros con cordón para mujeres. Que fueron utilizados por monjas y novicias y otras calamidades como celadoras y "amas de llaves".



Pero a medida que el ruedo de nuestras polleras fue subiendo, los pies se hicieron más importantes dentro de la estética integral de la mujer. A lo mejor por haber estado tanto tiempo cubiertos, nuestros pies suscitaron el interés visual de los señores quienes, con mayor o menor disimulo, observan nuestros pies al caminar, sentarnos, cruzarnos de piernas o descalzarnos en la playa...

Si se tiene oportunidad, el concurrir a un podólogo y pasar por masajes en los pies resultará en un placer único e irremplazable. Igual, sin gastar en institutos o profesionales particulares, hacernos masajear los pies también produce el mismo resultado personal. Pero nos olvidamos de quien los masajea. ¿Siente placer al hacerlo? 






Claro que sí. El contacto de piel con piel y las reacciones casi individuales de nuestros pies a partir de los movimientos pavlovianos cuando nos tocan, acarician o presionan determinadas zonas, causan un efecto idéntico en quien así los moviliza.
Por otro lado, cuando nos producimos sea para salir o para ir a la playa, nos miramos en un espejo grande y de arriba abajo varias veces. En esa observación previa a la aprobación o no, los pies adquieren importancia y aportan a la completud.



Por ello será que no pocas de nosotras usamos -siempre o eventualmente- anillos en los deditos, algún tatuaje en el empeine o en los tobillos, o pulseritas que resaltan el pie que preceden y, por supuesto, captan las miradas masculinas. Sean estos -o no- "podófilos"...
Encontré, en este gran reservorio de todo, algunas posibilidades de "decoración" de los pies a partir de creaciones muy atractivas. 


Estas fotillos son de mis propios "pieses"

Una última: aunque se viva contra la pared, igual traten de ocuparse de sus pies al menos una vez cada mes. Con hundirlos en agua caliente y cepillarlos para quitar durezas o algunas otras "disarmonías", bastará. "Hacerse los pies" demanda un tiempo que, a veces, parece no tenerse. Pues sí que lo tenemos. Sólo organizarnos. Cutícula, uñas y luego, esmalte. Si la mirada nos comunica con "el Otro", los pies nos relacionan con el planeta. Tengamos, entonces, buena comunicación...

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Besos.
Soledad FAB

soledadfab@gmail.com

lunes, 11 de enero de 2016

Cuando ellos quieren vernos gozar con otros


En uno de las notas del ornudo(ientificamente) , la autora brinda una especie de guía práctica para asumir esa nueva forma de relación en tu pareja: la de salir a acostarte con otros hombres por el deseo compartido de que así sea entre tu marido y vos.

Es verdad que en la inmensa mayoría de los casos, esa actitud se inició cuando ambos ingresaron al mundo swinger. De  modo que recibir a otro y gozar con ese otro, licuarse en orgasmos con ese miembro nuevo en tus entrañas, no es novedad. La novedad será salir sola a encontrarte con unos y otros.

Este paso -salir sola- es el fundamental según lo veo. Ser todo lo lanzada que quieras sin que esté la mirada "autorizante" de tu marido o pareja estable. ¿El te quiere puta y vos querés serlo? Entonces actualo a solas, sin condicionamientos ni trabas de ninguna índole y, menos que menos, la mirada analizante de tu pareja. Ya tendrás tiempo, cuando vuelvas a casa, de contarle al detalle lo que te hicieron e hiciste con ese desconocido que ingresó a tu más secreta intimidad.

Una variante muy intensa lo es que él, tu marido o pareja, elijan el candidato a euforizarte hasta la sucesión de orgasmos que laten en tu útero. Esta modalidad -que no se opone ni excluye la anterior- asienta aún más el concepto de "relación de prosti con su cafisho". O sea, él te hace coger con otro(s) y vos aceptás desde el inicio. 


Claro que esto último contiene un riesgo: que los elegidos por él no sean, pero para nada, de tu agrado. Tipos sobre los que opinás que "Con éste no cojo así sea el último hombre sobre la Tierra". Bueno, esto no corre así. Vas, cogés y volvés.
¿Qué te puede motivar? Una cierta tendencia sumisa y masoquista y el morbo, esa herramienta que inerva todos los sentidos y turba la mente como en un torbellino que nos lleva al Nirvana.

¿Te imaginás relatando lo que hiciste y te hizo el monster? Relatarlo con asco, como lo sentiste en el momento pero aceptando la elección de él, de tu marido, y que lo hiciste gozar al desconocido.

No quiero caer en la interpretación psicoanalítica de que si él quiere que otros te cojan es porque él mismo no se anima a usar su cuerpo para ser cogido entonces usa el tuyo y así se calienta horrores. Algo de esto hay, es indudable. Pero bueno, se trata de gozar, no de acostarse en el divan sino en una cama King de cualquier telo de los muy buenos que hay en la Argentina y principalmente en capital y GBA.


Ya que estamos, recomiendo enfáticamente tres:
Uno, el Kansas. Zona de Tribunales. Tiene habitaciones con el sillón finlandés, ese que te ponés de cualquier forma y así te cojen sin miedo a caerte o romperte un hueso.
Dos, el Bahía del Sol, que tiene habitaciones que parecen departamentitos y, la ventaja, podés entrar en grupo.
Tres, Faraón. Sinceramente, se esmeran en que te sientas como la más de todas...
Claro que no son lo que se dice baratos si querés llegar a ese tipo de habitaciones. Pero, ¿Quién paga? El otro... Entonces, ¡que le cueste!

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Soledad FAB

soledadfab@gmail.com

La comodidad de comprar en ojotas y bata

Blog Sotano de Santa Fulana
LA COMODIDAD DE COMPRAR EN OJOTAS Y BATA

Cada vez nos aíslan más. Me refiero a que a través de Internet casi logramos satisfacer nuestros deseos. Incluso los más íntimos repletos o acompañados estos, de fantasías que fuera de la pantalla pueden parecer locuras y aún delitos contra la ley natural. Pero no es de esto por lo que tecleo estas letras.

El tema es que accedemos a muchos sitios de lencería, pret-a-porter y sport donde nos ofrecen diseños y modelos preciosos. Si vamos a la ropa interior, AP, Chatelle y las locales Cocote, Piru y un largo etcétera.

El tema, para muchas, ha sido, entonces, acertar con las tallas (o talles) justos para no recibir, luego, bolsas infames o estrecheces angustiantes.

Para resolver este tema los fabricantes europeos y yanquis han aportado lo suyo para montar un sitio donde podemos, con la precisión de un analista de la NASA, establecer cuáles son nuestras medidas para, así, pedir y comprar ropa que nos calce justa, más justa o más holgada. Esto último a decisión de mis colegas de sexo, claro.


Ir al sitio

Sinceramente espero haberles sido útil con estos dos datos. Hay más, claro que sí. Sólo se trata de buscar un poquito. Pero con estas posibilidades, nadie nos va a quitar el placer de, tarjeta en mano, comprar lo que se nos ocurra en Internet, sin necesidad de "producirnos" y salir a la calle a "recorrer vidrieras". ¿Verdad? (Mejor salgamos así pero para exhibir lo que compramos...)

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Soledad FAB
soledadfab
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