miércoles, 20 de diciembre de 2017

OBRA EN CONSTRUCCIÓN

El día empezó temprano antes de la alborada...



... Él me tenía que acompañar a hacer un recorrido por la obra que estaba dirigiendo, con el fin de que pudiese ver las instalaciones y seleccionar el mejor lugar para llevar a cabo mis morbosas fantasías.

Al llegar al piso superior se podía observar como el sol emergía desde el río cambiando sus tonos y en el horizonte a medida que ascendía iba perdiendo majestuosidad, la vista era realmente fascinante y nos quedamos ahí parados sobre la delgada viga abrazados mirando ese maravilloso espectáculo. Durante el trayecto por las cornisas -me gusta y siempre me gustó caminar por las cornisas-, iba imaginando cada uno de los movimientos que realizaría durante la noche, que por ser de Luna llena sería la ideal: la brillante luz iluminaría las estrechas pasarelas por las que nos deberíamos desplazar.

Finalizada la recorrida nos separamos y quedamos en vernos a las veinte treinta en las inmediaciones para que nuestro retorcido juego se haga realidad. Él debía asegurarse que el sereno esa noche no estuviera.

Volvimos a la obra pasadas las veintiuna horas y después de abrir el candado que cierra los precarios e improvisados portones de madera ingresamos, nos cambiamos en el auto, dejando nuestras ropas en una bolsa para que no se ensucien con el polvo reinante en el lugar.

Ya vestidos para la sesión, él con su bóxer negro y yo con un corset, medias con portaligas y tacones, antes de ingresar al montacargas que nos llevaría a lo que a partir de ese momento y por esa noche sería nuestro cielo, con mucha suavidad coloco el collar en su cuello y la cadena, Carlos deberá hacer el recorrido desde la planta baja caminando en cuatro patas mientras, yo, lo llevo con la correa. Por unos instantes me quedo mirando seria y fijamente sus oscuros ojos cerciorándome que él, estuviese bien, beso su anguloso rostro y empezamos la travesía.

Al llegar al piso superior lo guío hasta el centro del enorme armazón de cemento y hierro donde lo ataré a una de las columnas que sostiene la estructura del futuro edificio.
Arrodillado a mis pies y con la cabeza baja apoyada sobre sus manos acaricio su espalda previo a dar inicio al spank con el que abriría la sesión. Entre fustazo y fustazo beso y masajeo su piel que va tomando una coloración cada vez más rosada.

Me arrodillo a su lado y tomando su cabello inclino, con un solo movimiento, su cabeza hacia atrás, contemplo su rostro tenso que demuestra los nervios que se empeña en negar que siente acerco mi boca a la suya y muerdo suave labio

- ¿Está bien? – pregunto, necesito saber que no esté pasando un mal momento.
- Sí. - afirma.

Tomando su delgado rostro entre mis dedos lo beso y vuelvo a morder su labio.
- Mejor así. – sostengo con un dejo de ironía en la voz. - Ahora póngase de pie.

Saco unos broches de mi bolsito del terror y coloco uno en cada uno de sus pezones y otros cuatro en su escroto los que se mueven mientras lo masturbo observo como el dolor se va reflejando en su rostro, mis morbos están a mil, tanto que siento cómo la excitación me va humedeciendo. Acerco mi boca a su oído y susurro

- ¡Qué lindo y buen perrito que tengo! – comento con una enorme sonrisa.
- Gracias Señora me alegra hacerla feliz. – afirma con alegría.

Al notar que sus ojos cerrados le ordeno que los abra que mire directo a los míos y cuando lo hace le doy una cachetada por haberlos cerrado sin mi permiso.

Tirando de su pelo le ordeno que se pare y pongo su boca en mis pechos.

-Ya sabe lo que debe hacer. – sentencio con un tono de voz que demuestra mi disgusto por su actitud anterior.

Siento como su boca succiona mis pezones sus dientes se hincan en ellos y todos los seres del inframundo que habitan en mí festejan con el placer que él me genera ¡Por favor cómo me gusta que succionen con fuerza los pezones, que los pellizquen y los muerdan! Busco su pene erecto comienzo a masturbarlo nuevamente hasta sentir que está a punto de estallar, es en ese punto cuando sus cara, sus ojos piden por favor déjeme acabar que me detengo, lo miro fijo y digo,

- No, hoy no tiene permitido acabar y tomando su mano la coloco en mi entre pierna. Siento como sus hábiles dedos se van abriendo paso por debajo de la tela de mi ropa interior, y cuando entra en mí…acabo.

- Arrodillate y haceme sexo oral. – ordeno después de ver en su cara el desagrado por mi squirt.

Desciende lentamente mirando el piso mojado como diciendo ¿Me está pidiendo que me arrodille sobre ese líquido? Su actitud me enfurece y tomándolo del pelo le ordeno con todo el enojo reflejado en mi voz,

- Dije que te arrodilles. – reafirmo casi gritando.

Lo hace y lentamente empieza a recorrer mis labios con su lengua la que se va abriendo camino hasta mi interior el que recorre en cada centímetro en cada rincón de mí ser y otra vez exploto en su cara.

- Quiero que me cojas y lo hagas duro y fuerte. Recordá que no tenés permiso de acabar – sostengo de manera firme.

Giro sobre mis talones y me apoyo en una de las columnas con las piernas separadas, sacando cola para facilitarle el acceso y buscando sentir mayor placer, sentirlo entrar lentamente en mí, disfrutar como se mueve estando al aire libre en una obra a cielo abierto hace que con cada embestida el placer sea mayor y es maravilloso. Las seguidillas de orgasmos son muy intensas que siento que voy a ingresar al sub espacio.

Saciados mis morbos y complacido el conjunto de mis Hades, le saco los broches del escroto tirando de ellos uno a uno de manera lenta y pausada, lo ato con las manos arriba de su cabeza a los fierros que salen de la columna y con la fusta quito los que tiene en los pezones, lo giro y lentamente voy introduciendo mi dedo en su ano lo dilato y entro, lo dilato y entro hasta llegar a poner toda la segunda falange en su cola. Muevo mi dedo en círculos y de arriba abajo mientras con la otra mano lo masturbo, poco a poco juego con él, le digo perrito lindo al oído, sé que eso lo excita que le gusta y nuevamente cuando está a punto de estallar, dejo de darle placer.

- Te dije que esta noche no tenías permitido el orgasmo. – le recuerdo con toda la crueldad que soy capaz de manifestar.





Del bolsito del terror saco dos copas y una botella de vino que llevé para la ocasión, desato al perrito y le pido que sirva las copas, nos sentamos sobre el piso entre mimos de contención y besos, brindamos por muchas morbosas y perversas aventuras más.

martes, 19 de diciembre de 2017

Un pintor de Münich

Coconut se llama y publica en Instagram. Sus pinturas son exquisitas y estupendas y transmiten con tanta fortaleza la emoción de los retratados que asombra. Aquí una muestra y luego, vaya a Instagram, me lo agradecerá.


Que lo disfrutes.

SoledadFAB